Hoy voy a hablaros del arte de la pintura, en concreto, de la pintura terapéutica. Sí, tal y como leéis, la pintura no es concebida hoy en día solo como un arte sino que también se utiliza como terapia para la salud mental. Se ha descubierto que pintar provoca muchos beneficios para la persona que lo hace. En la actualidad, la pintura es utilizada para reducir el estrés y la ansiedad, incluso la depresión, pues pintar genera una sensación de satisfacción. Además, hay estudios sobre cómo pintar influye en nuestra autoestima y ayuda a controlar las emociones. Por lo visto en estas terapias, según la emoción que queremos apaciguar nos indican qué dibujar en concreto. Esto es una prueba más de que el Arte ayuda a generar autoestima, autoaceptación y confianza. Por ejemplo, para liberarse de la tristeza aconsejan realizar patrones repetitivos, como mandalas o diseños geométricos. Los colores suaves y las formas simétricas pueden ayudarte a encontrar un estado de calma y tranquilidad. La pintura también puede ser una forma segura de canalizar la ira o la frustración.
Además, a nivel físico también aporta beneficios. Se dice que con la pintura se estimulan ambos hemisferios del cerebro, se estimula el lado lógico y racional junto con el lado creativo y de las emociones. Por lo tanto, al pintar se estimula la imaginación y se hace trabajar al cerebro por completo, evitando enfermedades como el Alzheimer. Además, ayuda a mejorar la motricidad, por ello es muy buena para las personas mayores practicarla, pues los utensilios para pintar suelen ser finos, y el manejo de esto y que salgan los trazos deseados, hacen que haya que combinar con destreza tanto los músculos, como los huesos y los nervios, para así producir finos movimientos. El agarre y manejo del pincel o lápiz ayuda a mejorar y controlar los movimientos de la mano, del brazo, y todas las conexiones con el cerebro.
A mí desde pequeñita siempre me ha gustado pintar. Pasaba los días y las horas dibujando. Pintaba de todo, desde escenas de mis películas favoritas hasta mis animales favoritos, recuerdos, lugares… también me gustaba dibujar en los libros infantiles de dibujo (tenía muchísimos de diferentes temáticas). Dibujar escuchando música para mí era lo más relajante del mundo. Con el tiempo esa afición la cambié por la de escribir e incluso en un principio combinaba ambas: escribía cuentos y le hacía las ilustraciones. En 2020, cuando comenzó la pandemia y entramos en cuarentena, recuperé un poco la afición. Sentí la necesidad de pintar y busqué cursos de pintura ejercido por profesionales en YouTube y aprendí algunas técnicas y estuve dibujando para relajarme. La verdad que no hay nada mejor como la expresión artística para sentirnos libres. Con mi alegato apoyo toda la teoría que vertí antes. Es cierto que la pintura puede ayudarte a sentirte mejor y os invito a que probéis.
Os dejo unos dibujos que aprendí a hacer por aquella época y unos mandala como ilustración.
¡FELIZ LUNES!
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