AIRES DEL PASADO: ANTONIO MACHADO

 

Hoy os voy a hablar de Antonio Machado y las impresiones que tuve cuando visité su casa en Segovia. El poeta, nacido el 26 de Julio de 1875 en Sevilla, llegó a Segovia el 25 de noviembre de 1919 para ocupar la Cátedra de Francés del Instituto General y Técnico de la ciudad. En ese centro impartió clases hasta 1932, ejerciendo como vicedirector durante varios años. Al llegar a la ciudad, se alojó en una modesta pensión de la que cuidaba su propietaria, Luisa Torrego, y por la que pagaba 5 pesetas diarias. 

 

Dicha pensión es la que visité hace tres años. Al cruzar el umbral de aquella casa se desató una magia especial que inundaba cada rincón. Una magia envolvente en la que susurraban voces del pasado. Cada estancia, cada mueble, cada libro... mostraban el día a día del escritor que había dejado impregnada su presencia. Fue interesante descubrir cómo era la cocina que albergaba recortes de periódicos y sus anécdotas. Pasear por el comedor y vislumbrar la catedral a través de las ventanas. Subir esas escaleras que conducían a dicha sala y que tanto molestaban a las piernas de Machado y entender por qué. Cruzar el pasillo donde sus retratos te observaban, donde las fotografías con su mujer Leonor decoran cada rincón y sentir la pena que padeció cuando la perdió. Visitar la sala en la que se recogen sus manuscritos, cartas a Guiomar, guiones, etcétera y aprender sobre todo lo que quería expresar en sus escritos. Todo ello para terminar en su habitación. Cuatro paredes que albergan toda su esencia, toda su energía. Ves los libros sobre la mesa, junto a la cama y lo imaginas allí, escribiendo. Todo se vuelve aún más emotivo cuando lo oyes recitar de su propia voz uno de sus poemas a través del audioguía. De esa manera culmina la visita con la sensación de haberte encontrado con el mismísimo Machado y haber tenido una larga charla con él. Sinceramente se la recomiendo a todos los amantes de la literatura e incluso a los que no lo sean porque, tal vez, de esta manera comiencen a entender todo lo que supone ese mundo y cómo era la vida de los escritores entonces.

 

 

Os dejo uno de sus poemas:

  

A un olmo seco

 

Al olmo viejo, hendido por el rayo
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo
algunas hojas verdes le han salido.

¡El olmo centenario en la colina
que lame el Duero! Un musgo amarillento
le mancha la corteza blanquecina
al tronco carcomido y polvoriento.

No será, cual los álamos cantores
que guardan el camino y la ribera,
habitado de pardos ruiseñores.

Ejército de hormigas en hilera
va trepando por él, y en sus entrañas
urden sus telas grises las arañas.

Antes que te derribe, olmo del Duero,
con su hacha el leñador, y el carpintero
te convierta en melena de campana,
lanza de carro o yugo de carreta;
antes que rojo en el hogar, mañana,
ardas de alguna mísera caseta,
al borde de un camino;
antes que te descuaje un torbellino
y tronche el soplo de las sierras blancas;
antes que el río hasta la mar te empuje
por valles y barrancas,
olmo, quiero anotar en mi cartera
la gracia de tu rama verdecida.
Mi corazón espera
también, hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera.

 

 

Aquí os dejo la página oficial de la casa museo de Antonio Machado en Segovia. Aquí podréis ver toda la información y leer todo lo que os interese saber sobre la vida y obra de Machado:

http://machado.turismodesegovia.com/es/casa-museo-de-antonio-machado