miércoles, 26 de febrero de 2020

ESTRUCTURA Y CARGA HISTÓRICA DE EL ENIGMA DEL LABERINTO PERDIDO

Hoy voy a hablaros de mi novela El enigma del laberinto perdido.
Después de casi tres años en el mercado, en primer lugar, me gustaría dar las gracias a todos los lectores que habéis dado una oportunidad a mi obra; también a mí como escritora novel, y en segundo lugar, aclarar algunos de los puntos más cuestionados de la novela como la estructura de esta y la carga histórica.

Lo primero de todo, he de decir que esta novela es la primera parte de la trilogía, por lo que en ella se presentan los personajes y se plantea el trasfondo metafísico que es el culpable de que se desarrolle toda la trama. Dicho trasfondo se explica de diferentes formas entremezclando historias, ensoñación y realidad. A este va unida íntimamente la carga histórica que NO es ninguna INVENCIÓN.
El laberinto de Hawara EXISTE y fue visitado por Heródoto quien lo describió en su libro Historia y en la que me baso para recrearlo. Esta recreación la llevo a cabo a través de la lectura del libro de la protagonista a manos de Dill y cada uno de los fragmentos que aparecen tienen una intención y un por qué. Entrañan un enigma que tenéis que descubrir.
Al mismo tiempo, se desarrolla la aventura entorno al laberinto de Hawara que en la actualidad sigue siendo un tema controvertido que no termina de arrojar suficiente luz. Por esa razón es que elegí ese tema para mi novela porque daba mucho juego al haber diversas opiniones entorno a ello. En una ocasión ya os hablé de las investigaciones que hay al respecto, podéis leerlo en aquí en el blog: https://elrincondelarteee.blogspot.com/2019/06/base-historica-de-el-enigma-del.html


«Decidieron también dejar en común un monumento conmemorativo suyo y, una vez tomada esa decisión, ordenaron la construcción de un laberinto, que se halla algo al sur del lago Meris, aproximadamente a la altura de la ciudad que se llama Cocodrilópolis; (…) Ya las pirámides eran, sin duda, superiores a toda ponderación y cada una de ellas equiparable a muchas y aun grandes obras, pero la verdad es que el laberinto supera, incluso, a las pirámides.
Tiene doce patios cubiertos, seis de ellos orientados hacia el norte y los otros seis hacia el sur, todos contiguos, cuyas puertas se abren unas frente a otras, y rodeados por un mismo muro exterior. Dentro hay una doble serie de estancias -unas subterráneas y otras en un primer piso sobre las anteriores-, en número de tres mil; mil quinientas en cada nivel» HERÓDOTO, “Historia”, II, 148, 1.


EL ENIGMA DEL LABERINTO PERDIDO DESPUÉS DE CASI 3 AÑOS



Después de casi tres años, seguir viendo esta clasificación de El enigma del laberinto perdido es muy gratificante y no sería posible sin vosotros. GRACIAS, lectores, por estar ahí y dar una oportunidad a mi obra, por sentir cada página y navegar por sus líneas. Ya sabéis que lo que escribo es por y para vosotros.

Por otro lado, deciros que sigo inmersa en la creación de la tercera y última entrega de la trilogía que espero que este año vea la luz.

Un abrazo.




lunes, 24 de febrero de 2020

CONTINUACIÓN DEL PRÓLOGO DE LEGADOS DEL MÁS ALLÁ



OS DEJO LA CONTINUACIÓN DEL PRÓLOGO DE MI NOVELA: LEGADOS DEL MÁS ALLÁ. 



A medida que entraba la noche, Horemheb sentía que volaba como Horus hacia su destino, al que se encomendaba con adoración.
—¡Oh, Horus, dios del cielo, ayúdame a llegar a la Duat! —imploraba.
Con la mirada fija en el horizonte, se preguntó si había hecho bien las cosas, si los dioses estarían a su favor. Todo lo que había llevado a cabo había sido por el bien supremo de Egipto. Un recuerdo fugaz le atormentó el alma.

Sentado en el trono real, miraba con ojos de hierro a los miembros de su séquito. Algunos parecían escandalizados, otros asentían complacidos, pero entre ellos armaron un revuelo que tronaba en sus oídos.
—¡Silencio! Habla faraón —se impuso—. Intento levantar un imperio abandonado y vuestro único pensamiento consiste en contrariar mis órdenes. ¿Por qué los dioses me atormentan?
—Mi señor, no debéis ser tan severo con vos. Sois un faraón excelente —respondió uno de los sacerdotes de la corte.
—Quiero construir un Egipto más grandioso que el que heredé de mis antecesores y si con ello tengo que borrar de las Listas Reales los nombres de los reyes heréticos, lo haré. En ocasiones, obtener un bien superior exige realizar sacrificios. —Irguió la cabeza hasta el punto en que sintió que se clavaba la corona en la nuca.
—¡Es demasiado! —se opuso un miembro—. ¡No puede borrar la historia, y menos a Tutankamón! Os recuerdo que os había nombrado heredero legal de la corona.
—¡No pienso ser el eslabón débil! —gritó helando a toda la corte—. Por el momento, destruiré todo rastro del reinado de Ay, empezando por su templo funerario. —Dirigió una mirada seria a uno de los arquitectos—. También comenzaremos a planificar la destrucción de Ajetatón.

La inestabilidad de la barca lo devolvió a la realidad. Estaban acercándose a la orilla. Habían llegado al Valle de los Reyes. Cerró los ojos durante un momento y le recitó una oración a Amón. Todo debía salir según lo planeado. Una vez puestos los pies en la árida arena del desierto, comenzaron a cruzarlo con paso veloz. Los remeros guardaban su espalda, pero él no sentía miedo, pues Ra se hallaba en su interior y prendía de luz su alma. Ya faltaba menos para llegar. Un último recuerdo lo embargó y lo sumió en el pasado.

Se puso en pie y, aferrado al cetro nejej, inició su discurso bajo la atenta mirada de su séquito.
—Anoche, generosamente, los dioses me concedieron una visión. No voy a limitarme a construir un speos ni a edificar en Karnak, sino que además voy a levantar un templo que acabará con el monoteísmo de una vez.
—¿A qué se refiere, mi señor? —preguntó uno de los sacerdotes de Amón.
Horemheb expuso su propuesta, que provocó tal estupefacción y revuelo entre los presentes que lo hizo enfurecer cual demonio de la Duat.
—¡Silencio! Faraón habla —gritó soberbio—. Soy la Estrella de la Mañana y la Estrella de la Noche. Si digo que el día es la noche, así será. Se hará lo que yo diga. —Miró a los sacerdotes, que parecían estar de su parte y comprender sus intenciones—. Maat es la regla de vida, es la verdad y la armonía.
Vio que asentían y se relajó.

Una ráfaga de viento le acarició el rostro y fue cuando descubrió que había llegado a su destino. El templo se erigía ante él con majestuosidad, tal y como había imaginado cuando lo mandó construir. Les ordenó a sus súbditos que se marcharan; había llegado el momento. La noche sería larga, muy larga. Se encomendó a Ra y comenzó a bajar las escaleras para adentrarse en la oscuridad de la Duat.






sábado, 22 de febrero de 2020

LA CIUDAD DE LOS MUERTOS


Hoy os voy a hablar de uno de los lugares que frecuentan los protagonistas tanto en El enigma del laberinto perdido como en Legados del Más Allá: la Ciudad de los Muertos.

Muchos pueden pensar que es una fantasía, pura invención o acordarse de aquella mentada Ciudad de los Muertos (Hamunaptra) que hacía su aparición estelar en la película de “La momia” de 1999, pero la realidad es que es tan REAL como que todos respiramos.

La verdadera Ciudad de los Muertos es un cementerio situado a los pies de las colinas Mokattam, en el sureste de El Cairo. Se trata de una red de tumbas de 4 millas (6,4 km) de largo (norte-sur) Si paseamos por ella, nos podemos encontrar con Mausoleos y trabajadores que realizan entierros.
Se dice que esta ciudad no solo tiene por habitantes a los muertos, sino que viven personas que residen en Mausoleos, bien para estar cerca de sus antepasados, que van desde los más recientes hasta los de antiguo linaje, bien porque se vieron obligados a abandonar el centro de El Cairo debido a las demoliciones de la renovación urbana y las presiones urbanísticas que acaecieron en la década de 1950.

Esta misteriosa ciudad ha suscitado leyendas que yo he aprovechado para mis novelas. Los que ya las habéis leído, sabéis a qué me refiero. Los que no, os invito a que lo descubráis.

Puesto que es un lugar enigmático donde acontecen varias peripecias que ponen en riesgo la vida de mis personajes, no podía faltar en las actualizaciones en las que voy a hablar sobre los emplazamientos.

Os adjunto unas cuantas fotografías para la conozcáis. En los booktrailers aparecen escenas también.








jueves, 20 de febrero de 2020

SINOPSIS Y BOOKTRAILER DE LEGADOS DEL MÁS ALLÁ


Hoy me paso por aquí para dejaros el argumento de Legados del Más Allá y el booktrailer para quien no lo haya visto.


                                                                          SINOPSIS

Casi un año después, Daniel, perturbado de nuevo por las pesadillas, volverá a hacerles frente para encontrar la causa y poder dejar atrás las sombras del pasado. Alison lo acompañará en esta nueva andadura donde nadie estará a salvo. Los enemigos acechan en cada esquina clamando venganza.

Esta vez, contarán con la ayuda de Dill y se inmiscuirán en una expedición arqueológica en busca del santuario de Maat vinculado con el faraón Horemheb y el Libro de los muertos.
Los protagonistas se adentrarán en el inframundo egipcio en una carrera contrarreloj para sacar a la luz el mayor hallazgo del antiguo Egipto.
¿Conseguirán dejar el pasado atrás?


miércoles, 19 de febrero de 2020

CARGA HISTÓRICA EN LEGADOS DEL MÁS ALLÁ


Hoy vengo a hablaros sobre la verdadera carga histórica de mi novela Legados del Más Allá. Hay gente que se plantea si es cierto que está bien documentada o si los lugares que menciono existen en realidad.

En primer lugar, tengo que aclarar que las tres partes de la Trilogía de los Enigmas son novelas de ficción histórica. En todas y cada una de ellas los lugares que describo son REALES; EXITEN (salvo alguna excepción) Me gusta, lo primero de todo, buscar localizaciones para mis historias. Visualizo las múltiples opciones, me embebo de las leyendas que las circundan y elijo aquellas que dan juego a la trama y aportan mayor espectacularidad. Cuido hasta el más mínimo detalle por muy nimio que sea.
Dicho esto, retomo la cuestión. En, Legados del Más Allá, TODOS los lugares que menciono EXISTEN: Malinalco y su cultura, Tepoztlán, la Ciudad de los Muertos, la plaza de la Liberación en El Cairo, el Centro Americano de Investigación en Egipto, la mezquita de Muhammad Alí, Al-Gawhara Palace, la tumba KV57 (Horemheb), el Valle de los Reyes… La única excepción es el santuario de Maat. Este no es una construcción física, aunque si bien es cierto que hay santuarios dedicados a Maat. En esta novela, dicho santuario es una representación fiel del Libro de las Puertas y el Libro de los Muertos. Ambos libros describían el paso del difunto a la otra vida. Un lugar que existía en la imaginación de los egipcios y que era transitable, con una serie de reglas y peligros que solo podían salvar aquellos que las conocían.


Os invito a que investiguéis por vosotros mismos, que cuando tengáis la duda de si un lugar es real o no, corráis a internet y lo busquéis. No hay nada más gratificante que aprender algo nuevo cuando se está leyendo un libro. Es posible que descubráis que muchas historias que consideráis fantasía, os estén aportando más de lo que creéis.

Pensad que no se escriben historias solo por el mero hecho de entretener. Todo escritor tiene una verdad que contar, incluso en una novela de ciencia ficción por muy ilusorio que sea el mundo que se describe SIEMPRE hay una VERDAD OCULTA. ¡BUSCAD!



martes, 18 de febrero de 2020

FRAGMENTO DEL PRIMER CAPÍTULO DE "LEGADOS DEL MÁS ALLÁ"

¡Buenas tardes, lectores!
Me paso por aquí para compartir con vosotros un fragmento del primer capítulo de mi novela "Legados del más allá" (Trilogía de los enigmas: Parte II) Espero que os guste y os animéis a leerla.


PRÓLOGO

1288 a. C. Ajetatón (Egipto)

Las calles de Ajetatón comenzaban a quedarse desiertas. El trasiego del día siempre mermaba antes del ocaso, pero aquella tarde todo empezó mucho antes. El Gran Día había llegado y el pueblo había abandonado sus quehaceres con prontitud para concentrarse a los pies del Nilo, maravillados por el excelso acontecimiento que iba a tener lugar. En una de las calles cercanas a la salida de la ciudad, una pareja de hermanos jugaba al senet junto a la puerta de su casa, bajo la supervisión de su madre. La niña tomó las tablillas y las tiró contra la mesa. Vitoreó al obtener la máxima puntuación bajo la mirada irritada de su hermano, que observó cómo movía uno de los cilindros por el tablero y lo adelantaba. Una pelota de arcilla les sobrevoló la cabeza. Sobresaltados, descubrieron que había sido obra de su hermano mayor, que reía con malicia.
—¡Deja de fastidiarnos! —gritó el pequeño.
El mayor se acercó con ganas de pelea y se enzarzaron en una lluvia de manos díscolas que se atacaban. La madre salió a la calle y miró al cielo.
—¿Por qué los dioses me atormentan con unos hijos tan rebeldes? —Agarró al mayor por la oreja—. ¿Queréis dejar de pegaros? Los dioses se enfadarán.
El pequeño sacó la lengua, agarró las tablillas y, tras arrojarlas sobre la mesa, contó la cifra obtenida y movió uno de los conos por el tablero. Su hermana emitió un quejido y él rio.
—Deberíais recoger ya —ordenó la madre—. El sol va a caer y el faraón debe de estar a punto de llegar.
—¡Hoy es el Gran Día! —exclamó la niña.
—Sí, hoy es.
—Madre, ¿verdad que el faraón Horemheb conseguirá que el sol siga alumbrándonos? —preguntó el hermano menor.
—Por supuesto. Lo logrará y con ello abrirá el camino hacia nuestra eternidad.
—¿Nuestra eternidad? —dijo la pequeña sin comprender.
—Algún día lo entenderás y quizá recorras el mismo sendero.
Unas trompetas los hicieron levantarse de inmediato y meter la mesa en la casa. Cuando volvieron a asomarse, el séquito real pasaba de largo al tiempo que hacía sonar los instrumentos. Ante ellos, el carro real, tirado por unos caballos dignos de la realeza, pasó veloz, casi como un espejismo. El faraón Horemheb iba erguido sobre él, orlado de joyas, engalanado para la ocasión. Su mirada firme y dura como una roca no se apartaba del sendero a pesar de los vítores que proferían los ciudadanos al verlo pasar. Estaba concentrado en su misión. Como militar que era, sabía olvidarse del mundo y centrarse en el objetivo. En su vida había lidiado con situaciones extremas, pero aquello a lo que se enfrentaba era totalmente nuevo, distinto a todo lo anterior e incluso más decisivo que nada que hubiera tenido lugar en Egipto hasta entonces. Con ello marcaría un antes y un después en la historia si lograba cumplir su cometido. Había alcanzado estatus de héroe nacional debido a sus victorias contra los hititas; había restaurado la confianza del pueblo en la figura del faraón, de lo que se sentía altamente orgulloso; había logrado recuperar casi por completo la situación del país y ahora estaba a punto de devolver la religión a su punto de partida.
Los sacerdotes de Amón lo recibieron al llegar a las márgenes del Nilo. Casi todo el pueblo estaba concentrado allí, expectante. La excitación era ostensible. Muchos contuvieron la respiración al verlo bajar del carro real y dirigirse hacia la barca solar. Uno de los sacerdotes se dirigió a él con reverencia.
—Que Ra te guíe. —Impuso la mano sobre uno de los hombros del faraón—. Deja que hable por ti.
Este asintió con convicción y subió a la barca ante los ojos ansiosos de sus súbditos. Dos remeros de su corte ocuparon su lugar en la embarcación y esperaron la señal. Horemheb permaneció en silencio, sin apartar la mirada del sol. Cuando este estaba a punto de morir en las orillas del río, el faraón extendió los brazos cual alas y lo acogió en su seno para fundirse en él. El destello que emitieron los últimos rayos solares en las aguas del Nilo, que atravesaron hasta alcanzar la barca, fue un momento mágico que conmovió a todos los presentes. Convencidos de que el faraón se había mimetizado con el sol, lo vieron sentarse en el trono de la embarcación y partir.

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