lunes, 26 de febrero de 2024

"MEDIDAS EXTRAORDINARIAS" DE BRENDAN FRASER Y HARRISON FORD



Hoy voy a hablaros de una película que he vuelto a ver este fin de semana. Un largometraje que quedó en el olvido y que obtuvo críticas variopintas a pesar de estar protagonizada por grandes actores. Se trata de Medidas extraordinarias (2010) dirigida por Tom Vaughan y protagonizada por Brendan Fraser, Harrison Ford y Keri Russell.

La película está basada en hechos reales y nos adentra en el mundo de las instituciones médicas, desarrollo de fármacos y la enfermedad de Pompe. 

La historia nos presenta a John Crowley (Brendan Fraser), un alto ejecutivo de una compañía farmacéutica, que tiene tres hijos y dos de ellos padecen la enfermedad de Pompe: Megan y Patrick de 8 y 6 años respectivamente. La enfermedad suele llegar a su fin a los nueve años. Sus hijos comienzan a estar en un momento avanzado de la enfermedad y eso empuja a John a buscar al investigador científico Robert Stonehill (Harrison Ford) de la Universidad de Nebraska con la fe de que pueda desarrollar un fármaco que cure a sus hijos. El amor que siente por sus hijos y su disposición a hacer cualquier cosas por salvarles la vida conmueve al científico quien acepta el trato. John y su esposa Aileen (Keri Russell) recaudan fondos entre las familias que tienen hijos con la enfermedad de Pompe para donarlos a Stonehill para que desarrolle el medicamento. 

Finalmente John y Stonehill crean una compañía biotecnológica para lograr producir una enzima que pueda curar a sus hijos. Mientras Stonehill y su equipo trabajan, John se encarga de buscar inversores. Tras un largo recorrido de arduo trabajo y negociaciones, son aprobados los ensayos clínicos en bebés. Es entonces cuando Stonehill al ver la desesperación de John, propone un ensayo clínico entre hermanos para que pueda probarse en Megan y Patrick. Es así como llegamos al final de la película donde vemos como el tratamiento hace efecto y los niños evolucionan favorablemente a lo largo del tiempo. 



Dejando la burocracia a un lado y los tecnicismos de la elaboración del fármaco y la enzima, la película nos habla del amor incondicional y de cómo mueve montañas y salva obstáculos. Vemos a un padre que ama profundamente a sus hijos y que en vez de hundirse por la en enfermedad de sus hijos, lucha por lograr una solución. No lo detiene nada ni nadie. El amor que siente le da el coraje suficiente para enfrentarse a todo y a todos. Esto es digno de admirar y conmueve más aún que se trate de un hecho real. 

Vemos momentos dulces y tiernos, aunque breves, en los que Fraser vuelve a mostrarnos una vez más la ternura de la que está dotado. El actor encaja perfectamente en el papel y lo vemos involucrado. No es la primera vez que protagoniza una película siendo un padre ejemplar que vela por el bienestar de su descendencia como ocurre en El regreso de la momia o Inkheart donde siempre saca a relucir dos facetas: la tierna cuando los protege y los cuida; y la feroz cuando tiene que enfrentar al mismísimo demonio si hace falta para rescatarlos o salvarlos del peligro. Siempre resulta conmovedor. 

En esta película una de las escenas finales más emotivas y tiernas es cuando vemos a Megan y Patrick riendo sin parar, alegres, por causa del medicamento. Ver la felicidad del rostro de los padres, de los niños y el plano de Robert es maravilloso. La emoción dibujada en el rostro de Harrison Ford es conmovedora pues vemos a un científico que no solo le importan los resultados sino que también tiene un corazón tierno y quiere salvar vidas. 

Esto último lo puntualizo porque también resulta cruel e indignante ver como las instituciones médicas están más preocupadas por los beneficios que pueda dar un medicamento que por la curación propiamente dicha. Se ve reflejado en un diálogo de la película donde piden rentabilidad y beneficios sólidos. Crowley los convence explicando que el fármaco es para toda la vida en cada paciente y que aunque la mortalidad fuera por ejemplo de un 25% y no funcionase en todos los enfermos de Pompe, seguiría siendo muy lucrativo. 

Es triste saber que hay genios brillantes en el anonimato que podrían salvar vidas con sus posibles medicamentos, vacunas, etcétera y que no san financiados por una cuestión lucrativa.

Para cerrar este post de una forma positiva, hago hincapié en que el largometraje nos recuerda el valor de la FAMILIA. La familia es lo más valioso e importante que tenemos y hay que velar por ella. Además, la historia es una prueba de que luchar con fe por nuestros objetivos puede hacerlos realidad. 

Os recomiendo la película, además, es una maravilla poder ver a dos actores míticos como son Brendan Fraser y Harrison Ford trabajar juntos.



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