La música concebida como tal, es capaz de dotar al cuerpo de movimiento, de mecerlo a su compás o de hacerle marcar sus ritmos. Toda melodía está llena de magia. Tal es así, que se dice que tiene una capacidad liberadora, es decir, que es capaz de liberarnos de la tristeza, la rabia, las preocupaciones, de relajarnos. Es por ello, que, por ejemplo, se utilizan melodías suaves para hacer meditaciones o relajaciones. También se utilizan el sonido de la lluvia o las olas del mar para relajar la ansiedad; dejar la mente en blanco.
La música, además, tiene el don de la inspiración y la concentración. Se dice que escuchando música clásica mientras escribes o haces alguna tarea parecida ayuda a concentrarse y a desarrollar la inteligencia.
Una melodía, sea del tipo que sea, puede inspirar no solo a la hora de crear una historia sino también diferentes estados mentales como alegría, euforia, ensoñación… etcétera. La música nos acompaña desde el momento en que nacemos, incluso desde antes, y es por eso mismo que escuchar una canción de repente puede traernos buenos momentos a la memoria, devolvernos a ese instante feliz y trasportarnos hasta aquel momento o lugar donde la escuchaste por primera vez. La música es como la banda sonora de nuestra vida, va marcando momentos inolvidables en la línea del tiempo de nuestra existencia. Aquella canción de cuna que nos cantaba nuestra madre, la canción que bailaste con todos tus amigos en tu sexto cumpleaños, las canciones de infancia con las que jugabas, la primera vez que escuchaste a tu cantante favorito, un viaje memorable a una ciudad desconocida, y un largo etcétera. Con la música podemos echar la vista atrás y recordar nuestra vida como una película o también podemos soñar con la parte de película que nos falta por grabar y vivir.
La música también saca la sensualidad que puede estar escondida dentro de nosotros.
Como veis tiene el don de liberarnos, de hacernos libres en ese momento, de eliminar nuestras cargas más pesadas y si, además de escucharla y cantar, bailamos, nos aporta muchos beneficios a nuestra salud como por ejemplo la subida de nuestras defensas (del sistema inmunológico) entre muchas otras. Como dice el dicho: «Quien canta su mal espanta».
A mí me gusta nutrirme de canciones positivas y alegres que te ayudan a sentirte eufórico, a crear buenas y bonitas sensaciones. Hay tantos estilos y tanta variedad…, pero cada uno de ellos nos aportan cosas diferentes.
Volviendo al punto de la importancia de la música o su presencia en nuestra vida, fijaos que encontramos música en las tiendas de ropa, en los supermercados, en cualquier anuncio que escuches en la radio o televisión… ¡hasta en algunas consultas de médico puedes escuchar música relajante! La música nos invade hasta sin darnos cuenta. Te acompaña hasta en el más simple videojuego como por ejemplo el Tetris (por decir alguno) pues todos, sin excepción tienen alguna banda sonora.
Lo mismo ocurre en las series de televisión o en el cine. No existe escena que no sea resaltada en algún momento con una melodía aunque en ocasiones sea hasta imperceptible. Siempre está ahí, matizando los diálogos de los personajes, transmitiendo las emociones y sugestionando al espectador. Hay grandes bandas sonoras en el mundo del cine. Una que me encanta es la de Ángeles y Demonios de Hans Zimmer (es que este hombre crea unas melodías maravillosas. Película que me cautiva su música, película que ha creado él las melodías) También es preciosa la de Titanic. Me encanta también la de La momia (bueno, de la trilogía completa en realidad). Y así podría estar enumerando una larga lista.
Por otro lado, me fascina la capacidad que tienen los cantantes de transmitir y de vivir la música. Es muy emocionante verlos conmoverse cuando escuchan nuevos talentos en programas como La Voz y los ayudan a sacar todo su potencial para algún día poder triunfar en la música. Verlos felices solo por el hecho de apreciar el talento es algo muy bonito (al menos para mí). Por otra parte, asistir a un concierto y ver al cantante emocionarse y conmover al público con sus canciones es algo mágico; una sensación indescriptible. Es bonito cuando la gente vibra y brilla junta en una emoción positiva.
En definitiva, la música tiene propiedades curativas para el alma y el cuerpo, y nos acompaña durante toda nuestra vida. Para mí, es algo imprescindible.
PD: también es precioso tocar instrumentos y crear melodías. Personalmente me apasiona la guitarra española, el piano y la guitarra eléctrica. Aunque también me gusta mucho el sonido del violín.
¡FELIZ LUNES!
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