Hoy quiero reflexionar sobre algo que nos atañe a todos y que hoy en día es necesario: el humor. REÍR. Después de una larga jornada de trabajo, de ser bombardeados por miles de noticias catastróficas y cansados de tantos problemas, creo que no hay nada mejor para desestresarse que una buena dosis de humor. Fijaos hasta qué punto ha llegado a ser importante, que existen terapias de risoterapia, es decir, terapias para reír.
Existen muchas maneras de hacer reír
y distintos tipos de humor. Uno de los más incomprendidos en su época fue el
humor del absurdo que utilizaron grandes dramaturgos como Jardiel Poncela
(quien me encanta). Crear esas situaciones tan absurdas con tanto ingenio y de
una forma tan premeditada es solo un don de unos pocos, y Poncela era todo un
maestro.
En España, últimamente veo muy en uso
el humor negro. Es un tipo de humor con el que no termino de simpatizar del
todo, pues hay ciertas situaciones que te hacen reír, pero si te fijas en el
trasfondo te entra pena o te deja mal cuerpo (al menos a mí). Por ejemplo, ver
lo que son capaces de hacer unos hijos por cobrar una herencia: tratar de matar
a su madre. Por muy absurdas que resulten las situaciones, no deja de ser
terrible y triste una verdad tan cruda como esa. Esto lo vemos reflejado en la
película Alimañas de Pep Antón Gómez, Jordi Sánche y Juan Molina Temboury.
Por otro lado, tenemos series que
fusionan varios tipos de humor y se convierten en un cóctel perfecto para
provocar la risa. Combinan la ridiculización de los personajes con lo grotesco,
las situaciones absurdas, el humor verde, el humor negro, el sarcasmo y la
ironía para reflejar la sociedad actual y sus problemas. Tenemos las afamadas
series Aquí no hay quien viva, La que se avecina, Aída y El pueblo.
Además, tenemos humoristas como José
Mota o Los Morancos que siempre te arrancarán unas risas. Unas veces por su
humor mordaz, otras por lo grotesco y otras por lo absurdo.
Os dejo un sketch de Los Morancos donde
critican el uso de máquinas profesionales para hacer la depilación láser a
manos de una persona no entendida que trata de hacerlo con un manual. Creo que
con solo verlo y ver la situación puede llegar a haceros gracias incluso a
quienes no entendáis lo que dicen.
Por otra parte, teníamos a la
ingeniosa Lina Morgan a quien adoraba. Tenía un gran carisma y había nacido
claramente para hacer reír a la gente y alegrarla con su humor. Fue una actriz
muy querida por todos. Irradiaba positividad y era muy natural, tanto que
muchas veces improvisaba sobre la marcha desatando la risa de todo el equipo.
Os dejo un vídeo con algunas de sus mejores escenas.
No me olvido de Mr. Bean por Rowan Atkinson que recuerdo que fue todo un descubrimiento a finales de los 90 (si no me equivoco). Era una niña cuando lo vi por primera vez en una terraza de un bar de playa donde lo estaban visionando familias de extranjeros. Recuerdo cómo mis padres y yo nos sentamos allí a tomar unos refrescos y a unirnos a las risas. Y es que Mr. Bean tiene el don de hacer reír solo con sus gestos y casi sin articular palabra metiéndose en mil situaciones disparatadas y excéntricas. Los gags que protagoniza te hacen reír a carcajadas.
Y podría seguir dando mil y un
ejemplos, pero esta publicación se alargaría en demasía.
Lo que quiero comunicar con todo esto
es que, a veces, los espectadores no valoramos, o más bien no sabemos valorar
lo difícil que es hacer comedia y lograr que de resultado. Nos reímos o no y no
nos plateamos más. Yo como escritora ya sabéis que siempre miro más allá; que
me gusta leer entre líneas y valorar cómo está hecho algo sea de la índole que
sea. He de reconocer, que crear situaciones cómicas es algo que también me
encanta. Siempre me gusta meter toques de humor en mis novelas. A veces, sale
de forma espontánea y otras tienes que trazar un buen plan para crearlas.
Recuerdo en la Escuela de Escritores haber escrito algún que otro relato con
humor y fue algo muy divertido para mí a la par que difícil, pero imaginar a
los personajes y las escenas era algo hilarante.
Alguien que es importante para mí y
cuya opinión tengo muy en cuenta me dijo (no hace mucho tiempo) que “la comedia
es un negocio serio” y cuánta razón tenía. No es nada fácil crear algo
hilarante y al mismo tiempo con mensaje.
Dicho esto, os invito a que
disfrutéis de la comedia con unos nuevos ojos y que no os quedéis solo en lo
superficial. La vida sería mucho más amarga sin los creadores del humor y sin
los cómicos.
¡FELIZ VIERNES!
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