lunes, 13 de mayo de 2024

AL DIABLO CON EL DIABLO (BEDAZZLED)


Hoy voy a hablaros de una película del año 2000 que ahora podéis disfrutar en Disney +. Se trata de Al diablo con el diablo (Bedazzled) de Harold Ramis protagonizada por Brendan Fraser, Elizabeth Hurley y Frances O’connor. Esta hilarante comedia no solo nos hace reír sino que también nos transmite un mensaje importante. 

El largometraje nos cuenta la historia del joven Elliot (Brendan Fraser), un tímido asesor informático que busca desesperadamente afecto. Necesita ser amado, respetado, y aceptado por su grupo de compañeros quienes a menudo se burlan de él por su torpe forma de relacionarse. Está enamorado de Alison (Frances O’Connor), una compañera de trabajo a la que no se atreve a acercarse por timidez y miedo al rechazo. Una noche, Elliot se presenta en un bar en el que sus compañeros habían quedado y ellos lo instan a que le diga algo a Alison quien también está allí. Todos tienen intención de burlarse de él y lo consiguen, pues Elliot se acerca a Alison y hace el ridículo al no saber entablar conversación con ella y esta despedirse de él al instante. Desilusionado, es captado por una exuberante mujer que comienza a hablarle sensualmente. Elliot, abrumado, conversa con ella hasta que esta le confiesa que es el DIABLO (Elizabeth Hurley). Elliot la toma por loca e intenta escapar de ella, pero esta lo convence con sus malas artes de que efectivamente es el diablo y puede leer su corazón. Le propone darle siete deseos a cambio de su alma. Elliot en un primer momento se muestra reacio; no quiere entregarle su alma, pero el diablo le muestra una escena de él junto a Alison y este no puede resistirse a aceptar el trato. 

A partir de ese momento, su vida se convierte en una locura. Cada deseo lo lleva a sumirse cada vez más en la desesperación, pues el diablo estropea todos sus deseos siempre que está a punto de alcanzarlos haciendo trampas. Elliot le reclama su ineficacia y el diablo se defiende diciéndole que es él quien formula mal los deseos y por eso no funcionan. Finalmente Elliot se cansa de pedir deseos inalcanzables y decide no aceptar el último deseo. El diablo arde en cólera y termina obligándolo a formularlo. Sin embargo, Elliot salva su alma sin saberlo al pedir que Alison tenga una vida feliz. El diablo, enfadado, acepta la cancelación del contrato por “formular deseos desinteresados”. Y le da el mensaje claro de la película: «el cielo y el infierno se reduce a uno mismo». Elliot aprende la lección y aprende ser él mismo y a mostrarse tal y como es. De esta manera, se lanza a pedirle salir a Alison, pero esta le contesta que ya tiene pareja y él lo acepta y le desea lo mejor. También para las burlas de sus compañeros quienes comienzan a respetarlo. Es entonces cuando surge el milagro: su vecina es idéntica a Alison. Ambos congenian de inmediato y terminan siendo pareja. Finalmente vemos a un ángel ganando la batalla al ajedrez contra el diablo, aunque este como de costumbre, le hace trampas para ganar él. 


Como veis, esta comedia nos muestra de una forma hilarante cómo puede complicarse la vida cuando deseamos algo sin importar las consecuencias y desde nuestro propio Ego. A través de los deseos que el diablo le “concede” a Elliot el largometraje nos enseña que cuando no elegimos el camino correcto, es decir, el camino de la honradez, la bonhomía, el amor verdadero, la sensatez, los buenos valores, la sencillez, etcétera, todo termina volviéndose en contra. Además, nos muestra el lado negativo de cada deseo. Por ejemplo, cuando Elliot desea ser rico termina convertido en un narcotraficante colombiano. En este caso se refleja que la mayoría de las veces en las que se es inmensamente rico no es precisamente por ser honrado. Es así como la película nos dice que el bien o el mal es una elección nuestra, es nuestra forma de vida la cual condicionamos con nuestras acciones y elecciones. En nosotros está vivir haciendo el bien (el cielo) o haciendo el mal (el infierno). Además nos muestra que la soledad, el sentirnos vulnerables y el no ser capaces de ser nosotros mismos nos inclina en ocasiones a actuar mal o egoístamente a pesar de tener un buen corazón como es el caso de Elliot. 

Podemos disfrutar de esta comedia que, en el fondo no deja también de ser un “drama”, pues ¿no es acaso un drama pedir un deseo y que se convierta en una pesadilla? La forma de reflejar este concepto es hilarante y cada deseo se desarrolla como una serie de escenas cómicas en las que destaca la actuación de Brendan Fraser quien exhibe su faceta camaleónica en una misma película como nunca antes. Verlo transformado en diferentes versiones del personaje ya no solo psicológicamente sino también físicamente es todo un arte. Su capacidad de desatar carcajadas es tangible, pues es capaz de convertir una escena en algo cómico con un solo gesto y eso no es nada fácil. Este don ya le venía de lejos, pues en Encino Man (El hombre de California), a pesar de su corta edad, lo lograba sin tener casi diálogos. 

Dicho esto, os recomiendo este largometraje que de seguro os gustará y os hará pasar un buen rato. 






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