Hoy quiero hablaros del arte de la fotografía. La cámara fotográfica fue el invento más mágico de los tiempos: poder capturar imágenes e inmortalizarlas. La fotografía tiene la cualidad de hacer imperecederas las cosas aunque estas puedan dejar de existir. Es algo único y maravilloso. Se puede convertir en algo eterno: una sonrisa, un momento especial, un mirada chispeante, un evento, un lugar, una puesta de sol…etcétera. Las fotografías atesoran nuestros recuerdos y los guardan para siempre incluso, aunque por causa de enfermedad o los años no podamos recordarlos, siempre estarán ahí y podremos “tocarlos” con las manos y acariciarlos al tiempo que nos transportamos a ese instante en el tiempo con una sonrisa. Para mí es la máquina perfecta para capturar todo lo que me gustaría poder “fotografiar” con mis ojos y “guardarlo en mi memoria”. No puedo negar que también me gusta inmortalizar momentos grabando videos. Yo no entiendo de fotografía profesional, pero siempre me acompaña una cámara y un móvil cuando voy a algún lugar especial, un viaje o un acontecimiento. El hecho de poder fotografiar con el móvil ha propiciado que pueda hacer fotos en cualquier lugar y circunstancia. Es una “manía” que tengo desde niña, pero por desgracia en aquel entonces no existían los móviles con cámara, ni las cámaras digitales, solo estaban al uso las cámaras de carrete. Así que, solo mi padre tenía el control de la cámara y se usaba para ocasiones especiales o viajes. Menos mal que no nací en esta época actual porque cuando hubiera llegado a la edad que tengo, habría tenido que irme de casa por culpa de tantos álbumes y memorias extraíbles.
Volviendo al tema que nos compete,
como decía la fotografía fue un invento mágico del siglo XIX que sirvió para
retratar familias, bodas, lugares emblemáticos e incluso por muy funesto que
sea a difuntos. Fue la llamada Fotografía post morten que se convirtió en una
práctica común tras la aparición del daguerrotipo en Francia en 1839 y que
continuó hasta bien entrado el siglo XX. Esta curiosidad la descubría a través
de una película y, sinceramente, no querría conservar en mi mente una imagen
como esa. ¡Uf!
Con esto podéis ver hasta qué punto
la fotografía es parte de nuestras vidas. A mí me encantan las fotografías de
ciudades, lugares emblemáticos y paisajes.
En cuanto a mí, me gusta hacer fotos
para inmortalizar momentos, lugares, paisajes… He llegado incluso a hacer fotos
a platos de comida para recordar lo delicioso que estaban. Igualmente me
encanta desde niña pasar tiempo viendo fotos y reviviendo momentos.
Os dejo algunas fotografías variadas.
¡FELIZ LUNES!
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