Hoy voy a hablaros de un punto clave en el que hay que detenerse en una ruta turística por Mérida (España): el Templo de Diana. ¡Cuántas veces habré pasado por delante de él y me habré detenido a observarlo! De día brilla bajo el sol y de noche el alumbrado titila sobre sus restos dándole un aura azulada y morada que hipnotiza.
El edificio pertenecía al foro municipal de la ciudad. Es uno de los pocos de carácter religioso que se conserva en un estado satisfactorio. A pesar de su nombre, que fue asignado de forma errónea en su descubrimiento, el edificio estaba dedicado al culto imperial. Debió de erigirse aún bajo el poder de Augusto pues su construcción data de finales del siglo I a.C. o principios del I d.C.
Es de planta rectangular y está rodeado de columnas. El frente está orientado al foro. Este frontal estaba formado por un conjunto de seis columnas rematadas en un frontispicio. Estaba ubicado al fondo de una gran plaza que fue parcialmente nivelada, de la que se conservan aún lastras de mármol de su pavimentación así como los muros que la delimitaban, también los dos estanques que flanqueaban al edificio. Su excepcional estado de conservación es debido a que, durante siglos, el templo sirvió de cimiento y armazón del palacio renacentista del Conde de los Corbos, del que se conservan aún algunas partes. En dicho palacio se ha habilitado un centro de interpretación que desarrolla su contenido en torno a la importancia del edificio en época romana y sus usos posteriores.
Como veis esta es una pequeña joya ubicada en pleno centro de la ciudad de Mérida. Ante ella se han realizado muchos actos culturales como encuentros con escritores, obras teatrales y espectáculos del Emérita Lúdica.
Os dejo esta fotografía que he retocado y un par de vídeos que he encontrado en YouTube que creo que os pueden llevar a los pies del templo de una forma detallada. Espero que la magia de Roma os acompañe y disfrutéis del viaje al pasado.
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