Hoy me gustaría reflexionar sobre la conexión del ser humano con la naturaleza. Hoy en día, creo que es aún más necesario que antaño, puesto que el estrés y ritmo acelerado de vida nos consume día a día. Estar conectados con la naturaleza nos aporta paz, claridad mental, incluso inspiración a los creativos. No importa si es playa o campo. Ambos tienen mucho que aportar.
A veces, es bueno aquietarse,
retirarse del ruido mundano y respirar aire puro ya sea lleno del olor a hierba
fresca o del aroma que desprende el mar cargado de sal. Hundir los pies en el
césped o en la arena es algo gratificante. Personalmente me encanta pasear por
la orilla del mar mientras las olas rompen a mis pies y perder la mirada en ese
vaivén de espuma blanca que tanto refresca. Es un momento inspirador, sobre
todo cuando caminas mientras el sol comienza a bajar y el cielo se tiñe de un
naranja cálido. Los pensamientos se agolpan en la mente y te acompañan en el
paseo en un intento de ordenarse. La tenue brisa impacta en tu rostro y te
sientes relajado, en paz; en sintonía. Como muchos dirían, es un lugar perfecto
para reflexionar.
Los profesionales nos cuentan que las
propiedades del mar son curativas, en especial, para aquellas personas que
sufren de alergias o padecen enfermedades de nervios. Y es que el ruido de las
olas al romper crea una melodía casi hipnótica que deja la mente en blanco;
relaja.
Si nos vamos por el terreno
metafísico, probablemente pueda decirse que es un lugar idóneo para reconectar
con tu YO interior, liberar tensiones y llegar a un estado de relajación.
Además, tomar el sol (con precaución)
a los pies del mar es muy reconfortante y darte un baño en el mar hace que el
yodo fortalezca tus huesos y tus defensas. ¿Qué más se puede pedir?
Algo similar ocurre en el campo. La
serenidad te envuelve cuando estás rodeado de montañas y árboles. Ese color
verde intenso te atrapa y hace que pierdas la mirada en el horizonte e inhales
aire puro. Caminar en ese ambiente, mientras el sol incide en tu cuerpo,
envuelto en el canto de los pájaros es una simbiosis única con la naturaleza.
Siempre han dicho que estar en el campo abre el apetito. Y es cierto, nada sabe
mejor que la carne asada y una buena tortilla de patatas rodeado de tan bonita
escena. Además, si tienes cerca un río de agua dulce limpio y apto para
bañarse, puedes disfrutar de nadar y refrescarte. Aún recuerdo los días en los
que, cuando era pequeña, mis primas, mis padres y yo íbamos al río a bañarnos
en verano y cómo después disfrutábamos con el resto de la familia de una cena
en el campo. Eran momentos mágicos para mí.
Como suelen decir, conectar con la
naturaleza te ayudará a conectar con tu YO interior para alcanzar la paz,
limpiar bloqueos y liberarte de las opresiones del día a día.
No sé cómo viviréis vosotros este
acercamiento con la naturaleza, pero si aún no lo habéis descubierto, os invito
a hacerlo. Son lugares perfectos para la meditación. También para buscar la
inspiración.
Os dejo una serie de fotografías que
he realizado a lo largo de los años que espero que os gusten y os transmitan
esa paz que tanto necesitamos todos hoy en día.
¡FELIZ LUNES!
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