Hoy os voy a hablar de una película que me encantó cuando fui a verla al
cine de pequeña con mis padres y que, a día de hoy, atesoro en mi rinconcito
de películas favoritas. Se trata de SEIS DÍAS Y SIETE NOCHES (1998)
dirigida por Ivan Reitman y protagonizada por Harrison Ford, Anne Heche,
David Schwimmer y Jacqueline Obradors.
Este largometraje está catalogado como comedia y aventura. Si bien es cierto que los protagonistas viven una aventura inolvidable, tildada de comicidad, también hay mucho mensaje que obtener de ella, como en toda película. Y, además, viene cargada de una pequeña dosis de romanticismo.
Podemos disfrutar de los idílicos paisajes relajantes, de la picardía del personaje protagónico, Quinn Harris (Harrison Ford), del sarcasmo e ironía de Robin Monroe (Anne Heche), sentir la adrenalina de la aventura y estremecernos con los momentos románticos.
Ahora veamos el argumento y su trasfondo.
La película nos cuenta la historia de Robin (Anne Heche), una editora de
revistas que ama su trabajo. Su novio Frank (David Svhwimmer) le prepara
un viaje sorpresa a una isla tropical donde pretende pedirle matrimonio. Ella
accede a regañadientes, pues su pasión es su trabajo. Durante el viaje
conocen a Quinn, un piloto enamorado de su destartalado aeroplano y a su
novia Angélica, una bailarina de danza Hawaiana que representa lo
superficial y los placeres de la vida. Aunque Robin se niega a que Quinn los
lleve en su avioneta hasta la isla, no le queda más remedio que aceptar.
Una vez con los pies en tierra firme, Robin y Frank comienzan sus
vacaciones. Frank le pide matrimonio a Robin quien acepta y luce el anillo
de compromiso. Pero en tan idílica estampa, llega la tormenta. Quinn, pasado
de tragos lisonjea a Robin y , a pesar del aparente rechazo que sienten uno
por el otro, surge algo extraño entre ellos.
Todo comienza cuando Robin acepta ir a cubrir un reportaje a una isla
vecina. El único avión disponible es el de Quinn y, aunque la idea le
desagrade, no tiene más remedio que pedirle que la lleve. Durante el viaje se
desata una tormenta que los hace aterrizar de manera forzosa en otra isla.
Una vez “a salvo”, ambos tendrán que aprender a sobrevivir e idear una
forma de regresar y salir de allí.
Durante la aventura, ambos empiezan a conocerse y a darse cuenta de que
no son tan diferentes. Ambos son valientes, no se rinden ante la adversidad
y sienten pasión por su trabajo (el cual es su refugio). Robin se descubre a
gusto con Quinn. Mientras tanto, Frank y Angélica terminan sintiendo
atracción el uno por el otro. Al final el amor verdadero se impone por encima
de todas las cosas y Robin y Quinn terminan juntos.
Como vemos, en esta película se nos presentan dos clases de amor: el
conveniente y cómodo (Robin y Frank) y el verdadero (Robin y Quinn).
Frank y Robin tienen formas distintas de ver la vida. El es un hombre sin
dobleces, simple, que le gustan los placeres de la vida y ella es una mujer
complicada, llena de matices. Pero Frank le ofrece una estabilidad, un futuro.
Quinn, al igual que ella, es un hombre complicado, hecho a sí mismo tras
haber sufrido los golpes y desengaños de la vida, que se refugia en su pasión
por volar. Tiene miedo al compromiso tras su mala experiencia, pero lo que
siente por Robin, al final, puede con todo.
Además, el largometraje nos cuenta que el amor verdadero no entiende de
barreras, ni de edades sino que cuando dos almas se encuentran, ya no se
sueltan a pesar de las adversidades. Es mucho más importante compartir
pasiones y tener ideas y un punto de vista de la vida similar que el hecho de
que haya mucha diferencia de edad entre ambos, vivan en lugares diferentes,
etcétera. Es tan simple como que ambos se retroalimentan, aporta al otro lo
que necesita en su vida.
Os recomiendo esta película. Pasaréis un rato muy ameno y soltaréis alguna
que otra carcajada.
Os dejo, también, esta canción de los Backstreet Boys As long as you love
me que me encanta y que me vino a la mente al pensar en las escenas de la
película. Creo que es una buena “banda sonora” para un final feliz.