Hoy voy a hablaros de un monumento histórico de interés turístico de mi ciudad, Mérida. Primeramente voy a explicaros un poco acerca de la ciudad para situaros en el contexto cultural a todos aquellos que no conozcáis su historia. Mérida es la capital de Extremadura, ubicada al oeste de España. Lo que hace tan singular esta metrópoli son los restos arquitectónicos romanos que se conservan y que hacen de ella una ciudad de interés turístico internacional.
La ciudad fue fundada en el 25 a. C. con el nombre de Colonia Iulia Augusta Emerita por el legado Publio Carisio, y orden de Octavio Augusto, para los soldados eméritos licenciados del ejército romano, de dos legiones veteranas de las guerras cántabras: Legio V Alaudae y Legio X Gemina. Fue la capital de la provincia romana de Lusitania. Perteneció a un periodo de gran esplendor del que nos han quedado como testimonio sus magníficos edificios: el teatro, el anfiteatro, el circo, los templos, los puentes y acueductos. Ya os iré hablando de ellos más detenidamente. Durante siglos y hasta la caída del Imperio romano de Occidente, Mérida fue un importantísimo centro jurídico, económico, militar, cultural y una de las poblaciones más prósperas de la época romana.
Ahora volvamos al punto de partida, quiero hablaros del acueducto de Los Milagros. Se dice que acuñó ese nombre por la admiración que despertaba en los lugareños y forasteros a causa del maravilloso estado de conservación. Se trata de una construcción de ingeniería civil de la época romana. Se data aproximadamente durante la época de la dinastía Julio-Claudia o la de la familia de los Flavios. El acueducto se usaba para transportar el agua del embalse de Proserpina a cinco kilómetros de la antigua ciudad de Mérida en España (Emérita Augusta del siglo I del Imperio Romano).
La construcción forma parte del conjunto arqueológico de Mérida, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1993. Se conservan más de ochocientos metros de este acueducto, alguna de cuyas pilas de granito y ladrillo se alzan veintisiete metros por encima del terreno. Hay un detalle interesante a la par que bonito que podremos observar si miramos con detenimiento el monumento: el lugar por donde fluye el arroyo Albarregas se resalta en el acueducto con un bello arco de sillares de granito.
En mi opinión personal, es un lugar mágico y especial donde escaparte para relajarte y disfrutar del aire puro, el sol y unas maravillosas vistas. Es un espacio sobrecogedor por la magnificencia del monumento que siempre te deja sin palabras. En más de una ocasión he disfrutado de una lectura sentada sobre el césped o un banco mientras el sol caía a los pies del acueducto. Es un momento único.
Os comparto algunas fotos que he tomado a lo largo del tiempo en algunas de mis visitas al lugar en diferentes horas del día. Espero que os gusten.
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