lunes, 8 de enero de 2024

RESEÑA DE "RATATOUILLE"

 


Hoy voy a hablaros de una película que me encanta no solo por la historia en sí, sino también por la infinidad de mensajes que encierra. Tiene un diálogo exquisito para todos aquellos que amen adentrarse en el profundo análisis de lo que una obra (en este caso cinematográfica) puede verter al mundo para hacer reflexionar. Os estoy hablando de Ratatouille. Muchos diréis que es una película para niños donde una rata se hace chef. Y sí, en definitiva si nos quedamos en lo superficial podemos decir que Remy es una rata que tiene un don para la cocina y un paladar sofisticado y que sueña con ser algún día un gran chef francés. Sin embargo, su familia no lo apoya y lo obliga a hacer labores de rata que es lo que le corresponde. Pero el destino juega un papel importante en esta historia y es que en una huida, las alcantarillas conducen a Remy hasta París y aparece justo enfrente del restaurante del chef Gusteau que tanto admira. De esta forma, Remy piensa que es una señal de que tiene la oportunidad de hacer su sueño realidad y finalmente lo logra. 

Ahora bien, el mensaje que vierte la película no es solo aplicable al ámbito de la cocina. También es aplicable a cualquier rama del arte, de la creación, a los artistas. Esta obra cinematográfica, a parte de verter mensajes sobre la amistad, el amor, la superación personal, la perseverancia y el sentido de la familia, además lanza un mensaje positivo a todas aquellas personas que tienen un sueño y no tienen las llaves del reino, ni la alcurnia y les resulta mucho más difícil aún conseguir que se haga realidad. Es el aliento para aquellos que luchan por conseguir sus sueños; una demostración de que la perseverancia y el buen corazón pueden abrirse paso en este mundo donde es más fácil echar por tierra a los demás que ayudarlos. 

La película nos plantea a través de Remy los diferentes obstáculos a los que te puedes enfrentar ante una situación así. Como hemos dicho, el primero de todos el más doloroso es no tener el apoyo de su familia y tener que dejarlos atrás para realizar su sueño: 

«Si te centras en lo que dejas atrás, no podrás ver lo que tienes delante»

«La comida siempre llega para quien ama la comida». En esta frase se refiere a comida como el sueño que se desea alcanzar. Si lo deseas de corazón, tarde o temprano llegará. 

Cuando Remy se enfrenta a su padre, se enfrenta a la cruda realidad y a las razones por las que no apoya su sueño: 

«¿Por qué no eres como todos?». «Somos lo que somos y somos ratas».

Remy, sin embargo, no puede creer que todos los humanos sean malos y hostiles, ni que el destino de las ratas tenga que ser acabar muertas a causa de veneno o trampas. Él confía en su amigo y aliado Alfredo. Tiene esperanzas de cambiar el mundo y le responde: 

«Quiero hacer cosas para el mundo». «El cambio está en nosotros. El cambio lo dará la naturaleza».

Su padre se marcha pensando que su hijo se equivoca, pero no sin antes recordarle que: «La familia es la que estará cuando lo necesite».


Otro reto al que se enfrenta Remy es al de ser capaz de cocinar sin ser descubierto bajo el gorro de chef de su amigo y aliado Alfredo. Este humano de buen corazón se ve obligado a ser chef tras Remy meterse en la cocina y hacer una delicia de plato que previamente él mismo había arruinado. Decide ser su marioneta para que Remy pueda cocinar y no se descubra el engaño, pero enamorarse de su compañera Colette lo complica todo ya que en más de una ocasión tiene la necesidad de confesarle la verdad. 



Es así como Remy consigue hacer de su don, su vida. Todo se complica cuando aparece el siguiente obstáculo: la crítica. El crítico gastronómico Anton Ego (nótese el apellido) amenaza con escribir su opinión sobre el nuevo chef que alcanzó la fama. 

Esto a su vez, lo hace enfrentarse a Alfredo, quien tras gozar de fama por ser el hijo de Gusteau y por los platos “que cocina” se siente desbordado por la fama y no le da el reconocimiento que merece cuando la prensa le pregunta: 

«No tiene estudios, ¿cuál es su talento?»

Alfredo responde: «Será por los genes». «La inspiración tiene muchos nombres» (Refiriéndose a Colette).


Remy reflexiona y se pregunta por qué tiene que fingir para cumplir su sueño. Entonces, dolido, decide vengarse llevando a toda su familia a comer al restaurante. De esta manera, todos descubren la verdad y dejan solo a Alfredo quien se disculpa con Remy: «Nunca había decepcionado a nadie porque nadie había esperado nunca nada de mí».


En esta parte de la película se cuestiona la gran pregunta: ¿el talento se estudia o es innato? Por supuesto que los estudios son muy importantes y nos ayudan a perfeccionar un talento, pero a mi parecer, el verdadero talento es innato y se pule con los estudios. El talento debe vibrar dentro de ti, en tu interior. Debe ser algo inevitable, algo que te escoge a ti para que lo desempeñes y no al revés. Por ejemplo, alguien puede escoger ser cantante porque le gusta la música y le encantaría llenar conciertos. Puede estudiar música y puede llegar a ser realmente bueno con el esfuerzo y la doctrina. Será perfecto en técnica, pero le faltará ese brillo interior que tiene el que sueña desde que nace con ser cantante y es capaz de cantar y tocar instrumentos y llegar a la gente por su amor por la música, sin tener una previa formación aunque luego estudie. No sé si me explico. Lo que quiero decir es que el talento no se puede racionalizar, se expresa, aflora.




Y finalmente, la última lección que vierte la película es el daño que puede llegar a hacer la crítica a un artista. Primeramente, da su pincelada casi al comienzo del largometraje al decir que se cree que el gran chef Gusteau murió de pena al perder una estrella de las cinco que tenía por culpa de una mala crítica. Después, al final, por si aún no queda claro el mensaje, lo recibimos directamente del personaje Anton Ego, el crítico y lo que nos cuenta no tiene desperdicio: 

«En muchos sentidos, el trabajo de un crítico es fácil. Arriesgamos muy poco y aun así estamos por encima de quienes ofrecen su trabajo, y así mismos, para que los juzguemos. Prosperamos con la crítica negativa, es divertido escribirla y leerla. […] Pero hay veces en que un crítico se arriesga realmente, y es cuando descubre y defiende lo nuevo. El mundo es a menudo severo con el nuevo talento, las nuevas creaciones. Lo nuevo necesita amigos. Anoche probé una comida que provenía de una fuente inesperada. […] En el pasado nunca he ocultado mi desprecio por el famoso lema del chef Gusteau: «Cualquiera puede cocinar». Pero soy consciente de que solo ahora entiendo realmente lo que quería decir. No es que cualquiera pueda convertirse en un gran artista sino que los grandes artistas pueden provenir de cualquier lugar. Resulta difícil imaginar los orígenes más humildes que los del genio que cocina en Gusteau’s y que es, en opinión de este crítico, el mejor chef de Francia». 


Es así como la película define el laborioso mundo de los artistas y lanza su mensaje positivo con un bonito final para Remy. No desistáis nunca en la lucha por vuestros sueños. Por muy duro que sea el camino, seréis recompensados de la mano de la constancia y el trabajo duro. 

¿Habéis visto Ratatouille? ¿Os gustó? Podéis aportar lo que queráis para que nos enriquezcamos los unos a los otros. 




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