Hoy voy a hablaros de una película que he visto hace unos días. Me refiero a La ciudad perdida de Adam Nee y Aaron Nee, protagonizada por Sandra Bullock y Channing Tatum. Un largometraje de aventura y comedia que no deja indiferente. En esta película donde se rompe con los estereotipos de la “damisela en apuros” y el “hombre al rescate”, lo cual provoca situaciones divertidas que hacen reír al espectador, no falta el romanticismo y la aventura.
Tenía muchas ganas de ver esta película, no solo porque me gustan las interpretaciones de Sandra Bullock sino también porque los largometrajes de aventuras no abundan y a mí me encantan. Además, curiosamente, me llamaba mucho la atención porque en cierta medida me recordaba a mi propia novela El enigma del laberinto perdido (The Enigma of the Lost Labyrinth). No es que tengan la misma temática, ni realmente se parezcan, pero por ejemplo, el inicio de la película con la escritora tratando de terminar de escribir su novela y su editora deseando leerla es el mismo inicio de la mía. En mi novela los protagonistas son la escritora y el actor que hace de protagonista de la película del libro y en La ciudad perdida son la escritora y el modelo de portada de su libro que “encarna” físicamente al protagonista. En los dos casos, los protagonistas terminan involucrados en una aventura real que tiene relación con la novela escrita. La diferencia es que en la película se muestra desde una vertiente cómica y yo lo hago de una forma seria, además de tener un trasfondo metafísico como es la reencarnación. En fin, no divago más y prosigo a hablaros de La ciudad perdida.
El largometraje nos presenta a Loretta Sage (Sandra Bullock), una escritora algo huraña con una brillante carrera literaria que escribe novelas románticas de aventuras ambientadas en lugares exóticos, y a Alan (Channing Tatum), un atractivo modelo que encarna al protagonista de la novela y aparece en todas las portadas de la saga de la autora. Ambos son reunidos en la presentación del último libro de Loretta quien termina por abandonar el evento al sentirse menos valorada que su modelo de portada a quien todo el mundo toma como el protagonista de carne y hueso (incluso el propio Alan cree serlo). Loretta, irritada, sale a la calle y es raptada por un excéntrico multimillonario (Daniel Radcliffe) quien ha creído a pie juntillas lo que Loretta ha narrado en su novela. Sabe que es viuda de un arqueólogo y cree firmemente que Loretta sabe descifrar la antigua lengua que describe en su libro. El multimillonario le dice que quiere localizar el lugar en el que se ambienta su novela y que ha encontrado un papiro que podría revelar la localización exacta. Le pide que lo traduzca, pero al Sage negarse, le exige que lo haga. El multimillonario ansía conseguir la corona de fuego y diamantes rojos que debe portar Taha, la mujer de Kalaman, ambos enterrados en la ciudad perdida.
Mientras tanto, Alan, deseoso de ser el héroe, a pesar de ser un patoso bastante cobardica, se lanza a la aventura de rescatar a Loretta. Para ello contrata a un especialista en rescates (Brad Pitt) a quien ruega que lo deje acompañarlo para salvar a la novelista.
Efectivamente, tras un desmesurado asalto, consiguen rescatarla metidos en una serie de peripecias que desatan las carcajadas. Loretta y Alan terminan perdidos en mitad de la jungla sin municiones y… sin nada. Las persecuciones hacen que ambos se acerquen el uno al otro y vayan conociéndose mejor, de forma que termina surgiendo entre ellos una atracción mutua que nos deleita con pequeños pasajes románticos (como en toda película de aventuras). Finalmente, ambos se lanzan a encontrar la ciudad perdida donde supuestamente se encuentra la tumba de Kalaman en la que yacen Kalaman y su esposa Taha. El multimillonario que los sigue hasta allí y los fuerza a abrir la tumba, arde en furia cuando descubre que la corona de fuego y sus diamantes rojos no son más que una corona de conchas rojas con las que Kalaman cortejó a Taha. Era solo un símbolo de amor. Es entonces cuando, encierra a Loretta y Alan con los huesos de los difuntos y los deja a su suerte.
Finalmente, la aventura acaba bien y Loretta y Alan viven su historia de amor.
Como veis una película de aventuras en toda regla, plagada de chistes y peripecias donde no falta un toque de romanticismo. Además, vierte ciertas verdades muy actuales. Una de las que más recuerdo ahora mismo es, por ejemplo, que la gente juzga más un libro por la portada que por su contenido y lo compra más motivada por la portada; que la novela romántica o erótica está infravalorada; que el público parece preferir tramas románticas que el contenido histórico (a pesar de que luego se tache de mala literatura), que la figura del escritor se ha desdibujado al “obligarlo” a tener que ser un perfil de masas en redes sociales, hablando de cualquier tontería menos de algo interesante, etcétera. Están los que no valoran el contenido histórico que se vierte en las novelas y los que lo creen a pies juntillas. Y así podría seguir enumerando verdades. (Obviamente estas las recuerdo más porque me competen).
En definitiva, una película atractiva, entretenida y divertida que recomiendo que veáis porque no os defraudará.
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