Hoy voy a hablaros de mi novela El enigma del laberinto perdido.
Después de casi tres años en el mercado, en primer lugar, me gustaría dar las gracias a todos los lectores que habéis dado una oportunidad a mi obra; también a mí como escritora novel, y en segundo lugar, aclarar algunos de los puntos más cuestionados de la novela como la estructura de esta y la carga histórica.
Lo primero de todo, he de decir que esta novela es la primera parte de la trilogía, por lo que en ella se presentan los personajes y se plantea el trasfondo metafísico que es el culpable de que se desarrolle toda la trama. Dicho trasfondo se explica de diferentes formas entremezclando historias, ensoñación y realidad. A este va unida íntimamente la carga histórica que NO es ninguna INVENCIÓN.
El laberinto de Hawara EXISTE y fue visitado por Heródoto quien lo describió en su libro Historia y en la que me baso para recrearlo. Esta recreación la llevo a cabo a través de la lectura del libro de la protagonista a manos de Dill y cada uno de los fragmentos que aparecen tienen una intención y un por qué. Entrañan un enigma que tenéis que descubrir.
Al mismo tiempo, se desarrolla la aventura entorno al laberinto de Hawara que en la actualidad sigue siendo un tema controvertido que no termina de arrojar suficiente luz. Por esa razón es que elegí ese tema para mi novela porque daba mucho juego al haber diversas opiniones entorno a ello. En una ocasión ya os hablé de las investigaciones que hay al respecto, podéis leerlo en aquí en el blog: https://elrincondelarteee.blogspot.com/2019/06/base-historica-de-el-enigma-del.html
«Decidieron también dejar en común un monumento conmemorativo suyo y, una vez tomada esa decisión, ordenaron la construcción de un laberinto, que se halla algo al sur del lago Meris, aproximadamente a la altura de la ciudad que se llama Cocodrilópolis; (…) Ya las pirámides eran, sin duda, superiores a toda ponderación y cada una de ellas equiparable a muchas y aun grandes obras, pero la verdad es que el laberinto supera, incluso, a las pirámides.
Tiene doce patios cubiertos, seis de ellos orientados hacia el norte y los otros seis hacia el sur, todos contiguos, cuyas puertas se abren unas frente a otras, y rodeados por un mismo muro exterior. Dentro hay una doble serie de estancias -unas subterráneas y otras en un primer piso sobre las anteriores-, en número de tres mil; mil quinientas en cada nivel» HERÓDOTO, “Historia”, II, 148, 1.
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