sábado, 31 de diciembre de 2016

Felices Fiestas (Cuento de Chejov)

Con motivo de la Navidad y del comienzo del Nuevo Año 2017, actualizo para desearos unas felices fiestas. Para ello, se me ha ocurrido compartir con vosotros un bonito cuento de Chejov llamado: La tristeza.



La tristeza
Anton Chejov
La capital está envuelta en las penumbras vespertinas. La nieve cae lentamente en gruesos copos, gira alrededor de los faroles encendidos, extiende su capa fina y blanda sobre los tejados, sobre los lomos de los caballos, sobre los hombros humanos, sobre los sombreros.

El cochero Yona está todo blanco, como un aparecido. Sentado en el pescante de su trineo, encorvado el cuerpo cuanto puede estarlo un cuerpo humano, permanece inmóvil. Diríase que ni un alud de nieve que le cayese encima lo sacaría de su quietud.

Su caballo está también blanco e inmóvil. Por su inmovilidad, por las líneas rígidas de su cuerpo, por la tiesura de palo de sus patas, aun mirado de cerca parece un caballo de dulce de los que se les compran a los chiquillos por un copec. Hállase sumido en sus reflexiones: un hombre o un caballo, arrancados del trabajo campestre y lanzados al infierno de una gran ciudad, como Yona y su caballo, están siempre entregados a tristes pensamientos. Es demasiado grande la diferencia entre la apacible vida rústica y la vida agitada, toda ruido y angustia, de las ciudades relumbrantes de luces.

Hace mucho tiempo que Yona y su caballo permanecen inmóviles. Han salido a la calle antes de almorzar; pero Yona no ha ganado nada.

Las sombras se van adensando. La luz de los faroles se va haciendo más intensa, más brillante. El ruido aumenta.

-¡Cochero! -oye de pronto Yona-. ¡Llévame a Viborgskaya!

Yona se estremece. A través de las pestañas cubiertas de nieve ve a un militar con impermeable.

-¿Oyes? ¡A Viborgskaya! ¿Estás dormido?

Yona le da un latigazo al caballo, que se sacude la nieve del lomo. El militar toma asiento en el trineo. El cochero arrea al caballo, estira el cuello como un cisne y agita el látigo. El caballo también estira el cuello, levanta las patas, y, sin apresurarse, se pone en marcha.

-¡Ten cuidado! -grita otro cochero invisible, con cólera-. ¡Nos vas a atropellar, imbécil! ¡A la derecha!

-¡Vaya un cochero! -dice el militar-. ¡A la derecha!

Siguen oyéndose los juramentos del cochero invisible. Un transeúnte que tropieza con el caballo de Yona gruñe amenazador. Yona, confuso, avergonzado, descarga algunos latigazos sobre el lomo del caballo. Parece aturdido, atontado, y mira alrededor como si acabara de despertar de un sueño profundo.

-¡Se diría que todo el mundo ha organizado una conspiración contra ti! -dice en tono irónico el militar-. Todos procuran fastidiarte, meterse entre las patas de tu caballo. ¡Una verdadera conspiración!

Yona vuelve la cabeza y abre la boca. Se ve que quiere decir algo; pero sus labios están como paralizados y no puede pronunciar una palabra.

El cliente advierte sus esfuerzos y pregunta:

-¿Qué hay?

Yona hace un nuevo esfuerzo y contesta con voz ahogada:

-Ya ve usted, señor... He perdido a mi hijo... Murió la semana pasada...

-¿De veras?... ¿Y de qué murió?

Yona, alentado por esta pregunta, se vuelve aún más hacia el cliente y dice:

-No lo sé... De una de tantas enfermedades... Ha estado tres meses en el hospital y a la postre... Dios que lo ha querido.

-¡A la derecha! -óyese de nuevo gritar furiosamente-. ¡Parece que estás ciego, imbécil!

-¡A ver! -dice el militar-. Ve un poco más aprisa. A este paso no llegaremos nunca. ¡Dale algún latigazo al caballo!

Yona estira de nuevo el cuello como un cisne, se levanta un poco, y de un modo torpe, pesado, agita el látigo.

Se vuelve repetidas veces hacia su cliente, deseoso de seguir la conversación; pero el otro ha cerrado los ojos y no parece dispuesto a escucharle.

Por fin, llegan a Viborgskaya. El cochero se detiene ante la casa indicada; el cliente se apea. Yona vuelve a quedarse solo con su caballo. Se estaciona ante una taberna y espera, sentado en el pescante, encorvado, inmóvil. De nuevo la nieve cubre su cuerpo y envuelve en un blanco cendal caballo y trineo.

Una hora, dos... ¡Nadie! ¡Ni un cliente!

Mas he aquí que Yona torna a estremecerse: ve detenerse ante él a tres jóvenes. Dos son altos, delgados; el tercero, bajo y jorobado.

-¡Cochero, llévanos al puesto de policía! ¡Veinte copecs por los tres!

Yona coge las riendas, se endereza. Veinte copecs es demasiado poco; pero, no obstante, acepta; lo que a él le importa es tener clientes.

Los tres jóvenes, tropezando y jurando, se acercan al trineo. Como solo hay dos asientos, discuten largamente cuál de los tres ha de ir de pie. Por fin se decide que vaya de pie el jorobado.

-¡Bueno; en marcha! -le grita el jorobado a Yona, colocándose a su espalda-. ¡Qué gorro llevas, muchacho! Me apuesto cualquier cosa a que en toda la capital no se puede encontrar un gorro más feo...

-¡El señor está de buen humor! -dice Yona con risa forzada-. Mi gorro...

-¡Bueno, bueno! Arrea un poco a tu caballo. A este paso no llegaremos nunca. Si no andas más aprisa te administraré unos cuantos sopapos.

-Me duele la cabeza -dice uno de los jóvenes-. Ayer, yo y Vaska nos bebimos en casa de Dukmasov cuatro botellas de caña.

-¡Eso no es verdad! -responde el otro-. Eres un embustero, amigo, y sabes que nadie te cree.

-¡Palabra de honor!

-¡Oh, tu honor! No daría yo por él ni un céntimo.

Yona, deseoso de entablar conversación, vuelve la cabeza, y, enseñando los dientes, ríe atipladamente.

-¡Ji, ji, ji!... ¡Qué buen humor!

-¡Vamos, vejestorio! -grita enojado el chepudo-. ¿Quieres ir más aprisa o no? Dale de firme a tu caballo perezoso. ¡Qué diablo!

Yona agita su látigo, agita las manos, agita todo el cuerpo. A pesar de todo, está contento; no está solo. Le riñen, lo insultan; pero, al menos, oye voces humanas. Los jóvenes gritan, juran, hablan de mujeres. En un momento que se le antoja oportuno, Yona se vuelve de nuevo hacia los clientes y dice:

-Y yo, señores, acabo de perder a mi hijo. Murió la semana pasada...

-¡Todos nos hemos de morir! -contesta el chepudo-. ¿Pero quieres ir más aprisa? ¡Esto es insoportable! Prefiero ir a pie.

-Si quieres que vaya más aprisa dale un sopapo -le aconseja uno de sus camaradas.

-¿Oye, viejo, estás enfermo? -grita el chepudo-. Te la vas a ganar si esto continúa.

Y, hablando así, le da un puñetazo en la espalda.

-¡Ji, ji, ji! -ríe, sin ganas, Yona-. ¡Dios les conserve el buen humor, señores!

-Cochero, ¿eres casado? -pregunta uno de los clientes.

-¿Yo? !Ji, ji, ji! ¡Qué señores más alegres! No, no tengo a nadie... Solo me espera la sepultura... Mi hijo ha muerto; pero a mí la muerte no me quiere. Se ha equivocado, y en lugar de cargar conmigo ha cargado con mi hijo.

Y vuelve de nuevo la cabeza para contar cómo ha muerto su hijo; pero en este momento el jorobado, lanzando un suspiro de satisfacción, exclama:

-¡Por fin, hemos llegado!

Yona recibe los veinte copecs convenidos y los clientes se apean. Los sigue con los ojos hasta que desaparecen en un portal.

Torna a quedarse solo con su caballo. La tristeza invade de nuevo, más dura, más cruel, su fatigado corazón. Observa a la multitud que pasa por la calle, como buscando entre los miles de transeúntes alguien que quiera escucharle. Pero la gente parece tener prisa y pasa sin fijarse en él.

Su tristeza a cada momento es más intensa. Enorme, infinita, si pudiera salir de su pecho inundaría al mundo entero.

Yona ve a un portero que se asoma a la puerta con un paquete y trata de entablar con él conversación.

-¿Qué hora es? -le pregunta, melifluo.

-Van a dar las diez -contesta el otro-. Aléjese un poco: no debe usted permanecer delante de la puerta.

Yona avanza un poco, se encorva de nuevo y se sume en sus tristes pensamientos. Se ha convencido de que es inútil dirigirse a la gente.

Pasa otra hora. Se siente muy mal y decide retirarse. Se yergue, agita el látigo.

-No puedo más -murmura-. Hay que irse a acostar.

El caballo, como si hubiera entendido las palabras de su viejo amo, emprende un presuroso trote.

Una hora después Yona está en su casa, es decir, en una vasta y sucia habitación, donde, acostados en el suelo o en bancos, duermen docenas de cocheros. La atmósfera es pesada, irrespirable. Suenan ronquidos.

Yona se arrepiente de haber vuelto tan pronto. Además, no ha ganado casi nada. Quizá por eso -piensa- se siente tan desgraciado.

En un rincón, un joven cochero se incorpora. Se rasca el seno y la cabeza y busca algo con la mirada.

-¿Quieres beber? -le pregunta Yona.

-Sí.

-Aquí tienes agua... He perdido a mi hijo... ¿Lo sabías?... La semana pasada, en el hospital... ¡Qué desgracia!

Pero sus palabras no han producido efecto alguno. El cochero no le ha hecho caso, se ha vuelto a acostar, se ha tapado la cabeza con la colcha y momentos después se le oye roncar.

Yona exhala un suspiro. Experimenta una necesidad imperiosa, irresistible, de hablar de su desgracia. Casi ha transcurrido una semana desde la muerte de su hijo; pero no ha tenido aún ocasión de hablar de ella con una persona de corazón. Quisiera hablar de ella largamente, contarla con todos sus detalles. Necesita referir cómo enfermó su hijo, lo que ha sufrido, las palabras que ha pronunciado al morir. Quisiera también referir cómo ha sido el entierro... Su difunto hijo ha dejado en la aldea una niña de la que también quisiera hablar. ¡Tiene tantas cosas que contar! ¡Qué no daría él por encontrar alguien que se prestase a escucharlo, sacudiendo compasivamente la cabeza, suspirando, compadeciéndolo! Lo mejor sería contárselo todo a cualquier mujer de su aldea; a las mujeres, aunque sean tontas, les gusta eso, y basta decirles dos palabras para que viertan torrentes de lágrimas.

Yona decide ir a ver a su caballo.

Se viste y sale a la cuadra.

El caballo, inmóvil, come heno.

-¿Comes? -le dice Yona, dándole palmaditas en el lomo-. ¿Qué se le va a hacer, muchacho? Como no hemos ganado para comprar avena hay que contentarse con heno... Soy ya demasiado viejo para ganar mucho... A decir verdad, yo no debía ya trabajar; mi hijo me hubiera reemplazado. Era un verdadero, un soberbio cochero; conocía su oficio como pocos. Desgraciadamente, ha muerto...

Tras una corta pausa, Yona continúa:

-Sí, amigo... ha muerto... ¿Comprendes? Es como si tú tuvieras un hijo y se muriera... Naturalmente, sufrirías, ¿verdad?...

El caballo sigue comiendo heno, escucha a su viejo amo y exhala un aliento húmedo y cálido.

Yona, escuchado al cabo por un ser viviente, desahoga su corazón contándoselo todo.


FIN






¡FELIZ   2 0 1 7!
Si tienes un sueño sin cumplir,
tendrás una meta por alcanzar.
La felicidad es la mezcla de
sueños y realidades.
¡Que el año nuevo multiplique
tu capacidad para soñar!


sábado, 3 de diciembre de 2016

Tributo a Brendan Fraser

Hoy estreno la sección de Cine con mi actor americano favorito: Brendan Fraser, con motivo de su cumpleaños. El 3 de diciembre de 1968 nació una estrella, que hasta el día de hoy, ha tenido una gran trayectoria profesional. Si bien es cierto que en España se le ha perdido la pista hace unos años, he de decir que ha seguido trabajando en películas y serie de televisión como: las series The Affair, Texas Rising y su última película The Field, un thriller indio. El actor Brendan Fraser comenzó a abrirse camino en el cine en 1991. Una de sus características más sobresalientes es su virtud para encajar en cualquier papel que se proponga. Estamos ante un actor polifacético que siempre logra convencer al público. Aunque ha sido más comúnmente conocido por sus dotes cómicas, tal como ha demostrado en: El hombre de California (1992), George de la jungla (1997), Al diablo con el diablo (2000), En pata de guerra (2010), Buscando a Eva (1999) entre otras; también ha destacado en papeles dramáticos como podemos ver en School Ties (1992), Con honores (1994), Dioses y monstruos (1998), El americano impasible (2002), Crash (2004), The Air I breath (Cuatro vidas) (2007), Medidas extraordinarias (2010), Breakout (2013), entre otras.
 Por supuesto, cabe destacar su faceta de aventurero, que lo llevó a lo más alto con la trilogía de La momia (1999), (2001) y (2008). Su personaje Rick O’Connell siempre será un mito y quedará en nuestros corazones. Así mismo, también ha protagonizado películas de ciencia ficción y fantasía que han embaucado a la gran pantalla, tales como: Viaje al centro de la tierra (2008) y Corazón de tinta (2009).
A parte de su faceta de actor, también podemos ver a Fraser como doblador de películas en: Sinbad: Beyond the Veil of Mists (2000), Escape from planet earth (Operación escape) (2013) y The nut job (Locos por las nueces) (2014). Una curiosidad es que dobló a Taz en Looney Tunes: Back in action (2003) donde actuaba con papel protagonista.
Sin duda alguna debemos destacar su faceta de productor y productor ejecutivo en películas como: The last time (La última oportunidad) (2006), Viaje al centro de la tierra (2008), En pata de guerra (Furry vengeance) (2010), Stand Off (Atraco en Belfast) (2012) y Breakout (2013).

Dicho esto, a mi juicio, Brendan Fraser es un actor versátil y espero verlo en otros muchos papeles.
Abajo os adjunto la fructífera filmografía que no os podéis perder.

Y para terminar, desear un Feliz Cumpleaños a Brendan Fraser. Te deseo todo lo mejor del mundo y muchos éxitos, que podamos seguir viéndote en la gran pantalla. Nunca borres tu sonrisa.


A continuación os dejo también un video que he creado yo misma con algunas de sus mejores películas en sus diferentes facetas. Me hubiera gustado ponerlas todas, pero eran demasiadas, así que hice una selección. Espero que os guste.
 https://www.youtube.com/watch?v=QB3zsyjCPA8

Aquí os dejo la filmografía: 

Año     Título

1991    Dogfight
1992    El hombre de California
1992    School Ties
1993    Twenty Bucks
1993    Younger and Younger
1993    Son In Law
1994    With Honors (Con honores)
1994    Airheads (Cabezas huecas)
1994    In the Army Now
1994    The Scout (El cazatalentos)
1995    The Passion of Darkly Noon
1995    Now and Then
1996    Brain Candy
1996    Con cariño desde el cielo
1996    Glory Daze
1996    The Twilight of the Golds
1997    George de la jungla
1997    Still Breathing
1998    Gods and Monsters (Dioses y monstruos)
1999    Blast from the Past (Buscando a Eva)
1999    La momia
1999    Dudley Do-Right
2000    Al diablo con el diablo
2000    Sinbad: Beyond the Veil of Mists (Voz)
2001    Monkeybone
2001    El regreso de la momia
2002    The Quiet American (El americano impasible)
2003    Dickie Roberts: Former Child Star
2003    Looney Tunes: Back in Action
2004    Crash
2006    Journey to the End of the Night
2006    The Last Time (La última oportunidad)
2007    The Air I Breathe (Cuatro vidas)
2008    Viaje al centro de la Tierra
2008    La momia: la tumba del emperador Dragón
2009    Corazón de tinta
2009    G.I. Joe: The Rise of Cobra
2010    Extraordinary Measures 
2010    Furry Vengeance (En pata de guerra)
2012    Stand Off  (Atraco en Belfast)
2013    Escape from Planet Earth (Voz)
2013    A Case of You
2013    HairBrained (Ni un pelo de listo)
2013    Pawn Shop Chronicles
2013    Breakout 
2013    Gimme Shelter
2014    The Nut Job (Voz)
2016    The Field

Presentación del espacio Cine



Este espacio va a estar dedicado al Cine que  no es más que una plasmación de la literatura llevada a la gran pantalla. Es por tanto un arte que complementa a la literatura. Me encanta porque la relación entre ambos es muy estrecha. En este espacio hablaré sobre películas en cartelera, actores y actrices importantes, directores de cine, películas que llevan libros de actualidad a la pantalla, etc.